jueves, 20 de noviembre de 2008

Jugando al tetris con las horas del dia...

El otro día mientras daba vueltas por el compound… esperad que hago un kit kat para explicar esto…cuando no tengo tiempo de ir al gym doy vueltas a mi urbanización que es circular y yo me la imagino tipo pista de atletismo! Y hasta tengo un grupo de amigos deportistas grillados: un esloveno estupendo que parece recién salido de la guerra de Chechenia (estoy segurísima de que duerme con un kalasnikov debajo de la almohada), un japonés con una bici con mini ruedas que pedalea tan rápido que no se le ven los pies, y diversos chinos haciendo sus ejercicios chinos como andar hacia atrás, darse palmadas en la espalda, golpearse la espalda contra un árbol… (y luego yo soy la loca porque corro en el compound!!!!!!!!!!)

Sigo……..

El otro dia mientras daba vueltas al compound pensaba que no se quién cojona decidió cómo debía distribuirse el tiempo, pero fuese quien fuese hizo la cagada mas grande del mundo. ¿Por qué una semana tiene 7 días y no 11? ¿Y por qué hay 5 días para trabajar y sólo 2 para descansar? ¿Por qué no se hizo de manera equitativa? Trabaja 3,5 y descansa 3,5.
La cagó con los 7 días de la semana y la volvió a cagar con las 24 horas del día. Ni siquiera en un día las horas destinadas a currar y a descansar/divertirse están distribuidas equitativamente. Por lo general, un español trabaja de 9 a 7 (¿Y por qué el empresario español es tan cateto que cree que estar sentado 10 horas delante de un ordenador significar “trabajar esas 10 horas”?), y cuando llega a casa… anda! Se te ha acabado el día!! A su hijo ya le han recogido del cole, ya ha ido a la academia de ingles, ya ha hecho los deberes, se ha bañado, ha cenado y está medio dormido…y todo esto por cortesía de “la chica que le cuida”!! Bueno, aún le queda otro miembro de la familia con el que interactuar: su mujer! Pero para cuando han acabado de cenar, está tan cansado que sólo le apetece ver un programa absurdo de A3 o T5, no ponerse a contar cuánto odia a Gonzalo, el gilipollas de Contabilidad; ni escucharla hablar sobre cómo están de caros los tomates ni de cómo la hija de la Trini (la vecina) se ha quedado preñá…

¿Y por qué el día tiene 24 horas y no 74, que son las que a mi me hacen falta para hacer todo lo que quiero hacer? Tengo una lista de “Cosas que quiero leer” tan larga que ni viviendo 8 vidas conseguiría terminarla…Cuando quiera ponerme a leer todos los informes sobre la crisis económica que tengo impresos, la crisis ya será historia y estaremos de nuevo consumiendo como energúmenos…

Y como me faltan 50 horas diarias tengo que asignarle a cada actividad una ficha del tetris y apañármelas para poder jugar con todas en las 24 horas escasas que tiene un día… Hoy he creado una ficha nueva: la del gimnasio. Los lunes y los miercoles tengo clase de chino de 8 a 9 de la mañana (con dos huevos y un palo), voy al gym después de currar y luego estudio chino (o no, si es que hay evento social). Los martes y los jueves tengo chini de 17.30 a 19.30 y luego NO estudio chino, ni voy al gimnasio ni ná de ná, pq después de las 8 horas en la oficina y las 2 de chini, una no tiene ganas na más que de tirarse en el sofá.
Pues hoy, jueves, el gimnasio se ha convertido en la ficha que es un palo rojo largo (los viciados del tetris sabéis cual es) y la he encajado de 13 a 14, hueco anteriormente ocupado por la ficha cuadrado “Comer”. La hora de comida se ha reducido a comer 5 tomates cherry y un pepino, de pie en la cocina, en 5 minutos…

He tenido chino hasta las 19.30 y a las 20.30 me voy a casa de una becaria nueva porque va a cocinarnos comida coreana…
Mañana no hay clase de chino, pero a las 16.30 hay una cata de vinos en la ofi, y después nos vamos a celebrar el cumple de Dani (compi de la ofi)
El sabado me he inventado la ruta de la tapa (si no habia evento, pues yo me lo invento)
El domingo tengo una boda de una compi china de la ofi.

Y así llevo 13 meses… Voy a empezar o a aprender a decir: NO QUIERO, NO ME APETECE o a ser una rancia y que nadie me invite a hacer nada!

Yo quiero un año de esos que llaman sabáticos. Ni siquiera sueño con dedicarlo a viajar por todo el mundo. Sería feliz, simple y llanamente, si pudiera dedicarlo a terminar mi lista de “Cosas que quiero leer”.

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